miércoles, 4 de marzo de 2009

Sobre el arte contemporáneo y la realidad mundial

Queríamos compartir dos artículos interesantes publicados en el diario El Comercio de Lima (Perú) uno de Mario Vargas Llosa y otro de Maki Miró Quesada que hablan sobre el arte y la actualidad mundial. Tiburones en Formol de Vargas Llosa es un artículo que viene a ser como la continuación (y conclusión) más de diez años después, del artículo titulado Caca de Elefante que fue su primer artículo con reflexiones sobre el arte contemporáneo y que generó un intenso debate (y no pocas críticas) por las ideas que plasmaba allí. Se percibe entre Caca de Elefante y Tiburones en Formol un proceso de entendimiento del arte contemporáneo actual , además genera en MVLL una renovada energía para proponer subversivamente el derrocar las convenciones y paradigmas que lo sostienen. De alguna manera también es una crítica al mercado del arte que precisamente vive de (y para) los que especulan con el arte y es precisamente aquí donde se halla la relación con El Tiburón en el tanque escrito por Maki Miró Quesada en El Comercio de Lima también. En ambos artículos se menciona al artista británico Damien Hirst que curiosamente justo antes del inicio de la crisis económica mundial del 15 de setiembre 2008 realizó una subasta en Sotheby’s (que es la que menciona Vargas Llosa al inicio de su artículo escrito a inicios de setiembre) exitosísima en términos de ganancias económicas.


Ambos nos permiten reflexionar sobre el arte actual ligado directamente con los medios, la economía, las tendencias y que han permitido que se cree una industria en torno a este, también sobre la especulación que permite que haya obras que se comercializan a precios absurdos.

¿El quitarle al arte el sentido de objeto comercial nos ayudaría a devolverle el sentido espiritual y simbólico? Al ser el arte reflejo y parte de nuestras comunidades ¿no tendríamos que ser nosotros los que decidamos qué es lo que nos gusta y qué no? (y no dejar que decida el mercado y sus correspondientes especuladores)

1 comentario:

JUAN MONTENEGRO ORDOÑEZ dijo...

La generación de los 90, se ha imbuido de la eterna discusión del arte puro y el arte comprometido, algo así como un arte desideologizado y un arte ideologizado, o también de un arte comercial y un arte no comercial; no obstante, si sostenemos que el mercado está formado por personas, esto es, por nosotros (todos nosotros), entonces, hasta qué punto es lógico considerar a algunas actividades humanas desvinculadas del mercado? Por ejemplo, el arte, amén de su complicadísima definición, hasta qué punto es aceptable, lógico o académico, hablar de un arte no comercial. En todo caso, tendríamos que abordar previamente una polémica sobre los intereses comerciales hegemónicos o dominantes, e intereses comerciales no hegemónicos o subordinados o hasta emergentes, y en relación a ellos, hablaríamos luego de un "arte" favorable o no a esos intereses comerciales. La G90, para algunos mal llamada "Generacon X", marcó una tendencia "anti" a todo aquello que presumía de, o realmente era, "hegemónico".